Pasadas las 22 horas de la noche de ayer, el Doctor D. Francisco José Tinahones Madueño finalizaba el pregón de la XIX Feria del Olivo. Una lección magistral con el título “La Aceituna de la Tierra al Corazón”, estuvo marcada por la estrecha relación que le une al olivar y a Montoro durante toda su infancia, la cual justificó su vocacional dedicación como investigador sobre los beneficios del aceite de oliva en nuestra salud.
La apertura del acto estuvo a cargo de la Presidenta del Consorcio Feria del Olivo y Alcaldesa de Montoro, Ana María Romero, donde trasmitió que el olivo es cultura, es una forma de vida. «El olivo somos nosotros. Sin él, el futuro de nuestro pueblo no habría sido el mismo. La Feria del Olivo es absolutamente necesaria para defender la rentabilidad de costes, para apostar por un precio digno, en definitiva, auspiciar la cultura del olivo comunicando las bondades del aceite en la salud y fomentando el conocimiento de la calidad de este oro líquido. Trabajaremos intensamente para conseguir iniciativas que creen empleo y desarrollo económico. Ese es el objetivo común de almazaras, agricultores, productores, investigadores y demás trabajadores relacionados con el sector oleícola, demostrar la grandeza del aceite de oliva al mundo entero».
Previa a la intervención del protagonista de la noche, el Doctor D. Fernando López Segura, pregonero de la edición anterior, hizo un recorrido por el extenso currículum académico e investigador de Tinahones y reconoció al público que «el mundo del olivo y del aceite viven en sus genes».
Así pues, con una puntada limpia y ejemplar, Francisco Tinahones se adentró en los corazones de todos los asistentes al acto con una emoción que surcaba apocopadamente la mirada y el alma expectantes. La verdad más callada y el trabajo en silencio que carga la historia cincuenta años atrás, relució de manera impecable en la primera parte de su discurso a través de una exaltación al trabajo de las fanegueras, de los manijeros, los arrieros y todo lo que supone la recolección del fruto del olivo, poniendo en valor el trabajo de nuestra tierra. Valores vitales que estas figuras transmitieron al pregonero desde su infancia, que, como él mismo atesoró, «generaron una férrea confianza en mí mismo hasta hoy».
La segunda parte del pregón estuvo dedicada al aceite como tesoro nutricional del corazón y la salud, donde recalcó que el aceite es garantía de salud. «Es una grasa única, diferente al resto de las que tenemos en nuestra naturaleza; es rica en ácido oleico con una gran cantidad de componentes menores como ponifenoles, tocofenoles y tocotrienoles, carotenoides y múltiples vitaminas, valores incuestionables para nuestra salud».
Tinahones también aprovechó para enviar un claro mensaje: «con dosis adecuadas, el aceite de oliva en la dieta mediterránea es equiparable a algunas medicaciones». Tras este titular mostró a los asistentes los espectaculares resultados del Estudio Predimed, proyecto de investigación publicado en la prestigiosa revista estadounidense New England Journal Of Medicine donde se demostró que el consumo de aceite de oliva durante un promedio de cinco años contribuye a la reducción de diabetes (40%), enfermedades cardiovasculares (30%), neoplásicas (cáncer de mama, 62%) o enfermedades neurodegenerativas, entre otras. Gracias a la repercusión de esos resultados, este estudio fue portada en gran parte de publicaciones de E.E.U.U. y Europa. Asimismo, todas las guías de tratamiento se han modificado para posicionar al aceite de oliva como elemento crucial para la salud.
Francisco Tinahones aprovechó los últimos minutos de su oratoria dedicando un epílogo al orgullo haciendo gala a sus orígenes como montoreño y andaluz por tres motivos: trabajo, riqueza e ingenio. Hizo alusión a la capacidad de trabajo y esfuerzo de las personas, a la riqueza natural y cultural andaluzas que, combinado con una dosis de ingenio conforman el tándem perfecto para construir una tierra próspera para las generaciones venideras.
Un mensaje reivindicativo y renovado fue el broche final trasladado a un público volcado con sus palabras durante toda la noche. Una crítica social que aúna en el conocimiento y la promoción exterior de nuestra materia prima, expresión que no dejó indiferente a nadie: «tenemos que creer en los que somos y en lo que podemos ser. Nuestros centros de investigación pueden compararse con centros de excelencia europea. Los andaluces tenemos que romper ese techo de cristal sin ningún complejo».